lunes, 7 de mayo de 2007

Hey, creo que sigo ahi o aqui observando los rostros rotores del asfalto, hoy parece que la gente está harta de tanta actividad: mujeres agitando su cabellera en golpes de diapasón, otras que caminan asentadas sobre sus talones... Yo, en cambio, no renuncio a mi viaje diario sobre la noria de mis adoradas terrazas, salto de un cementerio de geranios a otro más oxigenado y luego hacia atrás acabo en uno central, es decir, un círculo de vértigo. Hoy no toca distorsionar las vidrieras de la puerta del sol con mi aire del fondo de mi interior, suelo soplar y soplar hasta que se deshacen las luces implantadas sobre el vidrio especulador, fachadas de la banca, dedos empeñados en caricias imposibles, no estás diseñado para entender las transacciones comerciales. Ah, parece que me acuerdo, un gimnasio brucelero se avecina a 2 pasos de mi portal. Será para todos el nuestro un patio monosilábico? hu, wa, ka patada. Bueno ya llega de ocio, os prometo que por la tarde seréis informados de actividades para el día de hoy con el suficiente tiempo de antelación como para que podáis asistir. Aparte de esto toca una versada de las mías, de mi libro, es que las palabras del poema pensado me insisten con que están ansiosas por hacerse públicas, pues ahi va, decidme que os parece si os apetece:



Aleteo disconforme

Los murciélagos ladran sus tímpanos de rabia
al destello que emiten los rascacielos,
sonrisas enviudadas por la luz del tiempo errado.
¡Un seísmo!, ¿silicio siseante?, ¡sierra inusitada!.

Divago, en cambio, en placer errante sin permiso.
Salve su reputación, me dice una calavera.
Un responso definitivo, ya es hora
de pasear tu candado, diccionario de prudencia,
arrodíllate inocente, es que resultas aburrido.
¿Ticket?,
póngase a la cola del miedo:
abrazo aéreo inútil, temerario.

Sonajeros inmóviles y silenciosos
quieren chantajear a los niños cometa,
Sajonara melodía de Harley-Davidson,
pulmón de Vespa ultraligero.

Están reptando ahora mismo,
por la amenaza de un calzador
de ruedas incesantes,
las manos roídas del soñar.

Y quiero un radar encendido
y sonidos del cielo;
pero, las nubes no son de otro planeta,
pero, en gestos de vértigo respiro.




Espero que os haya gustado, si no es así podéis decírmelo, no me asustaré

1 comentario:

Abdiel Echevarría Cabán dijo...

Ese primer verso logra la sensación que el resto del poema busca incesante. Es sencillamente genial. Los pero del final me parecen un poco discordantes. Puedes reconfigurarlo, pero en esencia el logro imaginístico es audaz y cortante. La incoformidad y la corrupción miden fuerzas en este poema magistralmente. Un saludo desde Puerto Rico y gracias por tu comentario en mi Blog.